Las carcajadas resonaban confundiéndose entre el murmurio de los diálogos amorosos, las conquistas fáciles, las citas apremiantes. Las parejas se estrechaban en enamorado abrazo y el rumor de los besos carecÃa de ensueño en el bullicio público y licencioso de la vÃa pública. La risa del dÃa de carnaval lo toleraba todo, lo festejaba todo, la risa pecaminosa, la risa de amor, de una alegrÃa espontánea y despreocupada.
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